Con la tercera edad llegan algunos problemas y patologías propios de paso del tiempo. La demencia senil es uno de ellos. Los síntomas de esta patología no aparecen abruptamente, por eso estar atento a los mismos nos pueden dar una buena idea de su comienzo y su desarrollo. La primera señal de alarma es la pérdida de memoria, pero esta no es la única.
Actitudes y hábitos extraños
Es común que la persona que comienza a ser afectada por este tipo de demencia presente comportamientos fuera de lugar o poco comunes. Tampoco es inusual que estos nuevos comportamientos afecten la relación con sus seres queridos y amigos.
Hábitos que cambian, o que no eran comunes con anterioridad, son una señal temprana de esta enfermedad. El desorden en el hogar, la pérdida de objetos, o el ubicar cosas en lugares bizarros -como los anteojos en la heladera- pueden ser también una señal de alarma.
Pérdida de coordinación y destreza
La torpeza de movimientos, la falta de coordinación, incluso para realizar tareas sencillas, es un signo temprano de demencia senil. Esta creciente dificultad de manejar el cuerpo puede verse reflejada en una dificultad creciente para realizar actividades que antes lograba realizar con destreza y en algunos casos pérdida de equilibro. Los cambios en la manera de caminar del paciente con demencia también son comunes.
Apatía
Otro de los síntomas de esta patología tiene que ver con la forma en que la persona afectada percibe el mundo. La apatía es la pérdida de interes en actividades que antes les causaban placer y es común en otras enfermedades que afectan a las personas mayores, como la enfermedad de Alzheimer.
Pérdida de memoria
Junto con los cambios de ánimo y en el comportamiento, el deterioro de la memoria y otras habilidades del pensamiento afectan directamente la capacidad de la persona para desarrollar una vida normal.
Insomnio
Si bien la capacidad de conciliar el sueño es un tema recurrente en las personas de edad avanzada, este problema se acentúa cuando se padece de un cuadro de demencia senil.
Qué hacer
Si un pariente o familiar de más de 65 años sufren alguno o todos estos síntomas y se sospecha de demencia senil, se debe concurrir a un especialista para que realice el diagnóstico correspondiente. El mismo no debe realizarse nunca por familiares o amigos sin conocimientos.