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Los alimentos que consumimos todos los días pueden contener sustancias tóxicas y dañinas. Algunas son derivadas del proceso de producción del alimento, otras se encuentran con mayor frecuencia en algunos alimentos específicos. Te contamos cuales son para que puedas reconocerlos.

Mercurio

El mercurio llega al océano arrastrado por la lluvia o a través de los ríos. Al llegar al agua, algunos microorganismos lo convierten en metilmercurio, la forma más común de mercurio orgánico. Cuando los peces más grandes consumen a estos organismos, el mercurio se acumula en ellos.
Es por esta razón que el mercurio es comúnmente encontrado en pescados de tamaño grande, principalmente el atún y el salmón. El mercurio tiene efectos dañinos para el ser humano, en especial riesgo están las mujeres embarazadas, los lactantes y los niños, ya que el consumo de esta sustancia afecta el desarrollo del cerebro, del sistema nervioso, del sistema inmunitario, el aparato digestivo y los pulmones y riñones.

Arsénico

La comida de mar, las almejas, las ostras y ostiones, los mejillones, los crustáceos y algunas algas marinas, el arroz, la leche y sus derivados son los alimentos que pueden presentar mayores concentraciones de arsénico.

Este metal pesado es un compuesto químico que se presenta en la naturaleza de forma natural. El arsénico puede presentarse de forma orgánica, que es menos tóxica y se absorbe y excreta rápidamente, o de forma inorgánica que presenta un mayor riesgo para la salud. Se llama arsénico inorgánico al que se encuentra combinado con otros elementos como por ejemplo oxígeno, cloro y azufre. El arsénico inorgánico es altamente tóxico y carcinogénico. La acumulación de arsénico en el organismo puede provocar lesiones cutáneas, digestivas, renales y hepáticas, así como trastornos neurológicos y cardíacos. Los niños son especialmente vulnerables ya que absorben mayor cantidad de arsénico.

Dioxinas

Las dioxinas están presentes en los lácteos, las carnes, en la leche, en las aves y en los huevos. Se conocen con este nombre a los compuestos químicos que se producen a partir de procesos de combustión en los que está involucrado el cloro.

La mejor forma de reducir su consumo es disminuyendo la cantidad de grasas ingeridas, ya sea eligiendo consumir leche con menos grasas o eliminando mejor las grasas presentes en las carnes. El consumo de estos compuestos alteran el sistema inmune, provocan desequilibrios hormonales, y pueden provocar problemas reproductivos.

Pesticidas

Utilizados para proteger los cultivos de los insectos, las malas hierbas, los hongos y otras plagas, muchas veces llegan a nuestra mesa en mayor o menor medida según el alimento que estemos consumiendo. Según estadísticas del SENASA, los alimentos en los que se registró una mayor concentración de pesticidas fueron: las peras, los apios, las mandarinas, las manzanas y las frutillas. Para evitar consumir los pesticidas presentes en estos alimentos, se recomienda lavarlos con agua potable, para eliminar hasta un 50 por ciento la carga de plaguicidas en ellos.

Glutamato monosódico

El Glutamato monosódico es un potenciador del sabor que se añade a las comidas procesadas, a las sopas y a las comidas enlatadas. Es sabido que esta sustancia daña el sistema nervioso y sobre-estimula a las neuronas provocando incluso la muerte de alguna de ellas. Otras enfermedades relacionadas a su consumo son las migrañas, ciertos tipos de obesidad, y hasta enfermedades como el Párkinson y el Alzheimer.